Básicamente las viviendas ecológicas tienen las condiciones necesarias de habitabilidad, pero con un disminuido consumo energético. La construcción de este tipo de viviendas debe estar orientada tanto al terreno cómo a su entorno natural.
Se trata de un concepto cada vez más común, pero se debe tener en cuenta que para considerar ecológica a una casa esta debe reunir ciertas especificaciones, es decir, una casa ecológica debe erigirse en base al modelo sostenible.
Este modelo reúne un conjunto de pautas o lineamientos que deben seguir estrictamente los encargados del proyecto sostenible. A continuación destacamos a esos aspectos que definen a una vivienda ecológica.
Las viviendas ecológicas tienen bajo consumo de energía
La primera característica que vamos a destacar es que las viviendas ecológicas tienen que tener un bajo consumo de energía. Además, este consumo se puede optimizar, mediante la utilización de energía de fuentes renovables, tales como la energía solar o la energía eólica.
Hay que tener en cuenta que el alto consumo de energía eléctrica, así como el consumo desmedido de gas natural supone una intensa emisión de dióxido de carbono (CO2).
La emisión de CO2 es el principal motivo de aumento del efecto invernadero, considerado como el principal causante del cambio climático.
Por esto, es importante que las casas ecológicas tengan un consumo energético procedente de fuentes renovables, de hecho, se trata de una de las consideraciones fundamentales para poder definir a una construcción como sostenible.
Para considerar ecológica a una vivienda debe reducir el impacto ambiental
Las construcciones normalmente ocasionan cambios en el entorno y por lo tanto producen un alto impacto ambiental. El concepto de las casas ecológicas propone la disminución de los cambios en la naturaleza, al ejecutar el proyecto.
Las viviendas modulares prefabricadas con buen aislamiento térmico y bajo consumo de energía, son un ejemplo claro de arquitectura ecológica, por el breve impacto que causan a lo largo de los años.
Y es que, en la medida en que la intervención sea menor, también serán menores los cambios en el ecosistema.
El uso de las aguas pluviales o residuales definen a una vivienda ecológica
El agua es un elemento considerado un bien escaso y de necesidad básica.
Por esto, es necesario que los proyectos arquitectónicos ecológicos se diseñen con la premisa del aprovechamiento de aguas procedentes de la lluvia o de aguas grises.
Las aguas grises son aquellas aguas que contienen sustancias jabonosas, y restos orgánicos procedentes, normalmente, de las bañeras, duchas y lavabos. Son aguas que no tienen materia fecal por lo que no pueden catalogarse como aguas negras o fecales.
Gracias a la depuración, el agua gris se puede reutilizar para alimentar las cisternas de los inodoros, para el riego del jardín o la limpieza de los exteriores. El equipo de reutilización de aguas grises se instala en los sótanos o la buhardilla, con los correspondientes bidones que recolectarán y tratarán las aguas.
Además, en algunas zonas rurales del mundo se aprovecha el agua a través de una práctica de vieja data conocida como aljibes. Actualmente, se emula esta práctica en las viviendas ecológicas contemporáneas, para el aprovechamiento de las aguas de lluvia.
En conclusión, las viviendas ecológicas representan una apuesta a la preservación de los recursos ambientales. Las casas modulares prefabricadas con muros de hormigón diseñadas con esa intención son un claro y novedoso ejemplo de este tipo de arquitectura, que reúnen grandes condiciones de habitabilidad, pero también garantizan que el consumo energético será mínimo.
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